Seguridad para los negocios

LA CÁMARA DE COMERCIO EDITA FOLLETOS INFORMATIVOS CON CONSEJOS DE SEGURIDAD PARA LOS NEGOCIOS Y LOS COMERCIANTES.

Se trata de propuestas sencillas que aumentarán la seguridad de los establecimientos y la tranquilidad de los comerciantes.

      En primer lugar, hay que asegurar todos los accesos de los locales, incluidas puertas delantera, traseras, ventanas o escaleras, y antes del cierre, recordar conectar las alarmas contra intrusos o incendios, que deben estar en perfecto funcionamiento y anunciado de forma visible en el local.

      Las puertas y persianas de los establecimientos deben  ser resistentes a la perforación y sierra, y son preferibles las que no son macizas para que se vea el interior, interior que debiera estar iluminado preferentemente incluso durante la noche, ya que resulta disuasorio y en caso de robo, será más fácil que alguien vea lo que pasa. Por supuesto, las puertas de vidrio deben estar protegidas antivándalos, y dotadas de cerraduras antiatracos, como las de metal. Si además se pueden reforzar los espacios comunes con otros edificios o instalar elementos de separación, mejor aún para la seguridad.

      También es conveniente dotar de sistemas de protección mecánicos o electrónicos los artículos en venta, manteniendo los de más valor fuera del alcance del público, y llevando un registro de lo expuesto y lo almacenado por si se produjera un robo, para el inventario. Un plano de los recorridos de evacuación en caso de necesidad de bomberos o policía también será de utilidad.

      La iluminación, como elemento de seguridad, resulta disuasoria para la manipulación de persianas o cerraduras, ya sea durante toda la noche o con dispositivos de activación por proximidad. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que las instalaciones eléctricas son focos de riesgo, que hay que tener en buenas condiciones y sin sobrecarga, considerando además que, como foco de calor, no debe haber cerca elementos combustibles.

      En cuanto a las cajas registradoras y cajas fuertes, dejándolas a la vista se evitan destrozos mayores que los desaprensivos realizan cuando están buscando, si además la registradora se deja iluminada, abierta y vacía cuando está cerrado, será visible que no hay ningún dinero que robar. En este sentido, es mejor no esperar al último momento para el recuento de caja, sino hacerlo acompañado y en un sitio apartado de la vista. Es aconsejable fijar un límite máximo de dinero para tener en la caja, el justo para los cambios, retirando durante el día las cantidades de dinero que lo excedan, para depositarlo en el banco con frecuencia y en horarios irregulares. Las cajas de seguridad, mejor con apertura codificada y retardada, con indicación al público de que el personal no tiene acceso a ellas. La combinación de esas cajas conviene modificarlas cuando se cambie a algún empleado.

      Por último, desconfíen de los servicios técnicos que no se han contratado.